Dolce & Gabbana se acaban de marcar un desfile en Milán dirigido a los millenials que es muy fuerte. Y no sólo porque en él haya desfilado Pelayo.
Es de suponer que, a día de hoy, ya te habrás enterado de que Pelayo Díaz fue uno de los protagonistas del desfile con el que Dolce & Gabbana presentaron su nueva colección en la Milan Fashion Week. Al fin y al cabo, así funcionamos en este país: una firma como D&G ofrece un desfile del que se pueden decir muchas (pero que muchas) cosas y, sin embargo, nosotros nos limitamos a hablar de que el presentador de «Cámbiame» fue el encargado de desfilar con uno de los looks de la firma. Pero, de verdad, seamos serios: sólo salió una vez a la pasarela y no fue para tanto. De hecho, es que ni su look fue de los más espectaculares.
Eso sí, teniendo en cuenta que, de un tiempo a esta parte, Dolce & Gabbana no ocultan para nada su intención de enamorar a los millenials (que, a día de hoy, son la obsesión de toda marca, evidentemente), es normal que se hayan hecho con figuras como la de Pelayo para llegar al público que buscan. Si es por eso, hay que reconocer entonces que lo de #DGPrince ha sido un éxito absoluto: la colección de Dolce & Gabbana más principesca realmente encapsula el imaginario millenial sin irse demasiado lejos del ADN de la propia firma.
Por la pasarela desfilaron looks con estampados de gatetes y otros felinos convertidos en reyes y príncipes con aspecto de monarquía del siglo XVIII, pero también otras locuras como el chandaleo más escandaloso, la aplicación del pijama al rollo street, la elegancia de trajes y parcas en arriesgados tejidos y prints, ilustraciones que no ocultan su pretensión de icono (coronas, corazones, etc.)… Eso sin contar algunos patinazos que acercaban el mood final de la colección a cosas que puedes comprar en un todo a 100 como las mochilas de peluche. Eso no, chiquis. Eso no.
La cuestión es que, pese a esos patinazos, tendremos que convenir que Dolce & Gabbana han salido airosos a la hora de acercarse a los millenials sin traicionar su propia esencia. Al fin y al cabo, D&G nunca fue la firma más austera del panorama italiano, así que este festín de delirios horteras bien entendidos hay que celebrarlo por mucho más que por la presencia (anecdótica) de Pelayo sobre la pasarela. [Más información en la web de Dolce & Gabbana]