El cartel del Primavera Sound 2017 ya te lo sabes de memoria… Así que sólo podemos ofrecerte dos opiniones: la de un viejo y la de una joven.
A las diez de la mañana del día de hoy, el Primavera Sound movía ficha en el tablero de la industria festivalera nacional publicando el cartel para su próxima edición. Como cada año, ha suscitado reacciones diversas y, como cada año, estas reacciones se han visto perfectamente divididas a grosso modo entre el aplauso y el frenético tecleo en grupos de Whatsapp para comentar la jugada por un lado y el comentario picado y desabrido del que, por otro lado, sinceramente, esperaba más.
Pero ha habido también una tercera reacción, más minoritaria y velada, que es la que me interesa rescatar aquí: la de la conspiranoia. Luces difusas en el plató, por favor. Suena el característico jingle. La cámara se acerca lentamente hacia una figura que permanece aún en la penumbra: es Iker Jiménez. A lo largo de ésta semana, las redes sociales del Primavera Sound publicaron tres fotos, cada cual rezando nada más que una fecha diferente: 20/01/2017, 13/01/2017 y 28/12/2016. A las diez de la noche de ayer aparecía finalmente una cuenta atrás de doce horas, y esta mañana, exactamente doce horas después, su web se colapsaba unos segundos para a continuación mostrar el cartel para la decimoséptima edición del festival, que a estas horas todo el mundo ha visto a no ser que viva en un bunquer o haya sido atropellado por un camión a las 9:59.
Arcade Fire, Bon Iver, Frank Ocean, The xx, Aphex Twin saltan al momento a la vista…Y al #PrimaveraAllStars del año pasado le substituye un sencillo y enigmático “Read carefully”, que es el que ha disparado en la red todas las teorías sobre que algo más se esconde bajo ese cartel de neones sobre negro. Tres fechas, tres cabezas de cartel por confirmar. Me da igual que estas teorías sean ciertas o no, pero las rescato porque apuntan hacia el anglicismo más definidor de uno de los festivales más importantes que se celebran en España: el hype, mejor aliado y a la vez peor enemigo del Primavera Sound.
Creo que juzgamos siempre al Primavera en términos de sorpresa. Queremos innovación, queremos novedades, queremos experiencias únicas y que se salgan de lo habitual. Y la sorpresa está estrechamente relacionada con las expectativas y su decepción. No es posible que lo que nos han presentado sea todo lo que hay, tiene que haber más, seguro que esas fechas significan algo, seguro que aún se guardan un as en la manga con el que dejarnos a todos torcidos y aplaudiendo de pie (por otro lado, no descartaría que fuese cierto). Demandas estas totalmente justificables si tenemos en cuenta la envergadura y sobre todo el precio cada año más elevado de las entradas, todo hay que decirlo.
Sin embargo, y ya hablando personalmente, creo que el papel del Primavera como festival ya no es este, pese a que sigamos queriendo atribuírselo, por el mero hecho de que lleva casi veinte años en el panorama y ha dejado de crecer para dejar paso a afirmar su posición de festival central. De un par de años a esta parte -puede que desde que el Fòrum vio desfilar a grupos como Blur, My Bloody Valentine o Wu-Tang Clan en un único fin de semana, puede que antes-, el Primavera Sound simplemente se está manteniendo estable.
Si tuviese que expresar lo dicho en términos gráficos, tomando como medidor el efecto sorpresa dibujaría una línea en caída libre hacia el mismísimo Averno. Si lo midiera en términos de calidad e interés, en un determinado momento de la historia del Primavera Sound tendríamos a Michael J.Fox dibujando una línea horizontal: temblorosa y picada, pero sin una caída definitiva. Todo esto -y vuelvo a incidir en ello para evitar malentendidos- no significa que sea ilícito pedir más de un festival cuyas entradas no son precisamente lo que se diría asequibles; pero defiendo que el espacio para la sorpresa empieza a estar en mano de otros festivales, algunos emergentes y otro ya clásico en ser pionero, y que el rol del Primavera Sound es más bien el de concentrar en pocos días muchos grupos llamativos.
Con esto en mente, resulta bastante patente que el cartel para el Primavera Sound 2017 me merece una opinión positiva. Un buen puñado de indie noventas de la mano de Teenage Funclub, The Wedding Present, Saint Étienne, Broken Social Scene y el bombazo de The Magnetic Fields para los más nostálgicos; los ah-pero-siguen-vivos?! clásicos de The Zombies, Front 242, Grandaddy, Descendents, The Damned; los grupos que nunca esta de más volver a ver (Arcade Fire, The Growlers, Pond, The xx, Mac deMarco)…
La exclusividad que se le demanda, en cambio, el ser una ocasión donde ver en directo a grupos no habituales, sigue intacta con Frank Ocean, Aphex Twin y Grace Jones en las grandes filas, y con lo único bueno de la serie televisiva esa de Winona Ryder y las lucecitas, S U R V I V E, en las pequeñas. Luego está lo de abrirse a otros estilos y tendencias -que en los últimos años ha virado hacia el hip hop y el rap, y que volveremos a encontrar en 2017 gracias a Run The Jewels, Skepta, Death Grips, Agorazein o 7 Notas 7 Colores-, que parece que este año sigue los derroteros de grupos rollo Slayer. La elección de éstos últimos no la entiendo, pero no la condeno.
Tampoco hay Grandes Ausentes: los que deberían estar, o la han palmado o están en un psiquiátrico o son The Radio Dept. Y, en lo nacional, casi cuarenta nombres de diferentes estilos y generaciones entre los que mi personal gusto destacaría solo a Kokoshca y Triángulo de Amor Bizarro, pero hay donde escoger y conocer. En definitiva, un cartel que tiene lo de poco innovador lo mismo que de container condensado en espacio y tiempo de buenos grupos. [Patri di Filippo]
[/nextpage][nextpage title=»El Viejo» ]¿Sabe más el diablo que viejo por diablo? Puede ser. Y por eso mismo la opinión viejuna sobre el Primavera Sound 2016 apuesta por considerar este cartel en su marco temporal.
Empecemos por una cosa de esas que se sabe de puertas para adentro en la industria y que, a lo mejor, de puertas para afuera no es tan evidente como podría pensarse: el próximo año 2017 no va a tener grandes giras, grandes lanzamientos, grandes shows o grandes reuniones… Y, por lo tanto, la consecuencia lógica va a ser que la mayor parte de los festivales del mundo entero (y de España en concreto) tampoco tendrán sus #BestCartelesEver. Eso es así.
Si me aventuro a soltar aquí esta perugrollada es precisamente porque últimamente me parece que los festivaleros les piden a sus festivales que sean una puta locura cada año, que siempre tengan carteles sorprendentes y maravillosos que justifiquen el pastizal que supone comprarte un abono. Todos aspiramos a la excelencia, evidentemente. Pero dejad que ponga un símil: si resulta que esta temporada los tomates vienen reguleros, da igual que tengas a Ferran Adrià en la cocina, es que la ensalada que te va a hacer será regulera. Lo mismo con los festivales: pueden jugar con lo que tienen sobre la mesa, pero no pueden hacer milagros. Así que ya sabes: antes de dejar en el muro de Facebook de cualquier festival un mensaje troll del tipo «tu cartel apesta«, párate, respira, sé persona humana y date cuenta de que hay mil cosas que influyen en el noble arte de montar un evento de estas características.
Y es que, al fin y al cabo, tanto desde el público como desde la prensa es demasiado fácil jugar a las comparaciones, al «después de un cartel como el del año pasado, ¿en serio que estás intentando meterme este pepino verrugoso sin vaselina ni nada?». Pero sería injusto. Repito: al evaluar el cartel de un festival, hay que hacerlo dentro de su marco temporal. Y, visto así, y ahora entrando en un terreno totalmente íntimo y personal, tengo que reconocer que el cartel del Primavera Sound 2017 me parece aburridote… Pero que, oye, también me parece que incluye un par de puntos de fuga que pueden resultar muy estimulantes.
No nos apresuremos en nuestros juicios por mucho que, en comparación con otras ediciones, en esta ocasión a la organización del Primavera se le haya intuido cierta apatía. Ya no hay galas, ni vídeos, ni edificios forrados con nombres de grupos ni chochazos más grandes que la vida de esos que nos hicieron perder el culo en temporadas pasadas. Esta vez ha habido una cuenta atrás en la web del festival y un cartel que se ha hecho público. Y ya. Para de contar. ¿Es esto un indicativo de que desde el Primavera Sound tampoco es que estén totalmente apasionados con su programación? Todo puede ser. Pero volvemos a lo mismo: puede que en esta mano te hayan tocado unas cartas de mierda, pero vas a tener que defenderlas con uñas y dientes. Es lo que toca.
Y ahí es donde entran, como decía más arriba, los dos posibles puntos de fuga más estimulantes del cartel… El primero de ellos es más una posibilidad que un punto de fuga. Reconozcámoslo: da igual lo hasta las trancas que estés metido en esto de la música, porque al enfrentarte al cartel del Primavera Sound 2017 hay un alto (¡altísimo!) porcentaje de artistas que no tienes ni repajolera idea de quiénes son. Y esto cada uno puede tomárselo como le dé la gana pero, por una vez, y sin que sirva de precedente, yo he querido tomármelo como la posibilidad de que el festival esté recuperando aquella maravillosa cualidad de prescriptor que ostentaba hace años. ¿Quién sabe si de aquí a junio del 2017 resulta que entre esos desconocidos se alzan los diez conciertos que más ganas tienes de ver porque son propuestas nuevas que, además, nunca has visto sobre un escenario?
El segundo punto de fuga es el mismo que ha sido lo más estimulante del festival en sus últimas ediciones: esa posibilidad de ver en el Primavera algunas propuestas que no vas a ver en ningún otro sitio y que mayormente tienen que ver con ese Olimpo de nuevo hip-hop, soul y periferias yankis que no suelen pisar España porque piden un pastizal tan bestia que no sale a cuenta montarles un concierto. Me estoy refiriendo a la maravillosa dupla que van a formar Solange y Frank Ocean. O a la no dupla de Miguel y Run The Jewels. Pero, siguiendo con estos géneros, también me estoy refiriendo a la maravilla de juntar en un mismo cartel pasado, presente y futuro con nombres nacionales como 7 Notas 7 Colores y Agorazein.
Por lo demás, es evidente que en el cartel hay nombres interesantes. Eso nunca falla con el Primavera. Si alguien me pregunta, tendré que mencionar maravillas como el folk femenino de Angel Olsen y Julie Doiron, Hamilton Leithauser con uno de los discos del año debajo del brazo, Sampha poniendo LA VOZ y otras cositas que son canelita fina como King Gizzard & The Lizard Wizard, Clubz, Fatima Yamaha, Weval o la dupla de Rosalía junto a Raül Refree. ¿Y los grandes nombres? Pues eso supongo que ha sido lo decepcionante, ¿no? Ahí están Arcade Fire demasiado tiempo después de haber lanzado un disco regulero, Aphex Twin también en un momento no muy brillante de su carrera y The xx que en algún momento molaría verlos en un sitio que no fuera el Fòrum. También están Bon Iver, Grace Jones, Van Morrison, Metronomy, The Flying Louts… Y no hace falta que siga, porque el cartel ya lo ha visto todo el mundo.
No están A Tribe Called Quest. Tampoco están Metallica. Y, te gusten más o menos, estos dos podrían y deberían haber sido los salvadores del cartel del Primavera Sound 2017… Tengo que reconocer que esta mañana he hecho una broma un poco de mal gusto. En cuanto he visto el anuncio, he corrido a los chats privados habituales a decir lo siguiente: yo creo que tenían a Leonard Cohen, y se les murió; y que tenían a Kanye, pero lo internaron en un psiquiátrico. Puta bida, tete. Pero esto me conduce de nuevo a lo que decía al principio de este artículo: esto es lo que está sobre la mesa de la industria musical festivalera de cara al año 2017. Y, así las cosas, pues el cartel del Primavera Sound 2017 tampoco está tan mal, chiquis. [Raül De Tena] [Más información y cartel completo en la web oficial del Primavera Sound 2017]
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