Gelatina, nocturnidad y cantares gitanos… Las caras de «Y.E.L.I» son muchas y ricas. Y están todas dentro de la nueva colección de Hosoi.
En un momento en el que la gente prefiere hablar bajo y guardando las formas en pos de la corrección política, Hosoi nos han (mal)acostumbrado a hablarnos a voces. Lo hacen con un vozarrón impropio de una marca tan joven. Un vozarrón al que le gusta poner sobre la mesa conceptos complejos e impactantes: su primera colección celebró la carne (por mucho que Hosoi signifique «escuchimizado» en japonés) y, a partir de ahí, nos dejamos llevar por locuras como el mix de voguing con las Spice Girls o la práctica del sano deporte de pasarse la censura por el chirri siempre que tengamos ocasión.
Y, ojito, porque si alguien pensaba que Hosoi ya habían puesto el listón demasiado alto, va a dejar de pensarlo en cuanto se tope con la nueva colección de Israel Cascón y Andrés Sierra: «Y.E.L.I» es un collejón inesperado desde su propio nombre. Atiende, si no, al enrevesado trabalenguas con el que la firma presenta su nueva locura:
«Y jelly , yèlĭ y Y.E.L.Y
y yèlĭ y Y.E.L.Y y ya»
¿Qué conceptos se recogen en este bellísimo pero intrincado cántico? Para empezar, «jelly» como esa gelatina de poderosos colores y movimientos mutantes. «Yèlĭ» como la expresión china para designar todo lo que ocurre al anochecer, ese momento mágico en el que la sensualidad de todos los sentidos despierta al máximo. Y, para acabar, «yeli» como los cantos gitanos repletos de tanta tradición como misterio.
Ahora, cojamos todas las declinaciones y ensamblémoslas en el interior de «Y.E.L.I«, una fascinante colección en la que priman los colores fuertes y uniformes de la gelatina (especialmente un poderoso naranja que lo extermina todo), donde la voluptuosidad del espíritu nocturno se encarna en forma de siluetas sensuales y donde el cantar gitano se apodera de gigantes pendientes y peinetas, además de en sublimes estampados que festejan las rosas, los lunares y el romero con algarabía de fiesta ancestral.
Un canto de amor a la feminidad que, sin embargo, y como viene siendo habitual en Hosoi, es puramente agender… ¿Quién nos vendió que el agender tenía que suponer la aniquilación del género? No, señores, no. Por favor, más colecciones como esta «Y.E.L.I» que conviertan lo femenino en el valor estético universal que siempre tendría que haber sido. [Más información en la web de Hosoi] [FOTOS: Javier Biosca / ASISTENTE DE FOTOGRAFÍA: Javiera G. Huidobro / MODELO: Andrea Garrido / MUHA: Yurema Villa / ACCESORIOS: Comme des Machines / COLLAR LOGO: Niwen Paola]