Pero, a ver, ¿Dior no era una de las firmas intocables en el firmamento de la moda? Y, si es así, ¿por que ahora todo el mundo dice que es lo peor?
Hay veces que lo más placentero del mundo de la moda es hacer un ejercicio de abstracción y pensar cómo tiene que percibir lo que ocurre en esta escena alguien medianamente ajeno a ella. Al hacer este ejercicio, es inevitable que empiecen a surgir preguntas como, por ejemplo, ¿de dónde carajo salen Gvasalia, Rubchinksiy y todos esos apellidos extraños que de repente parecen ser los dueños del futuro de la moda? ¿Qué hacen los raperos de toda la vida creando marcas de ropa? O la que nos ocupa: ¿desde cuando resulta que Dior ya no mola?
Porque la verdad está ahí fuera. Y si consideramos que, a día de hoy, «ahí fuera» se refiere a las redes sociales, seguro que ya te has topado con más de uno y de dos (y de diez) comentarios choteándose despectivamente de Dior. Lo jodido, sin embargo, es que todo estaba programado para que no fuera así: todo estaba planificado para que la casa Dior viviera un nuevo subidón absoluto a la altura del subidón que todo el mundo sintió cuando se anunció que Maria Grazia Chiuri sería la nueva directora creativa tras la marcha de Raf Simons. Era la primera mujer en estar al frente de la maison en toda su historia… Y eso, al final, parece que ha puesto el listón demasiado alto. O no. Todo depende de a quién preguntes.
Lo innegable es que la primera colección de Chiuri para Dior aterrizó sobre la pasarela de Fashion Week de París hace unos días y dejó a absolutamente todo el mundo con la boca abierta. Las comparaciones son terribles, pero ante esta colección es inevitable pensar en su equivalente cuando Raf Simons entró en Dior, hizo construir una pasarela preciosa formada por diferentes estancias repletas de flores y presentó una colección que se apoderaba de las siluetas habituales de Dior para sublimarlas y modernizarlas a través de estampados visionarios y técnicas futuristas.
¿Qué ha puesto Chiuri sobre la pasarela? Para empezar, la diseñadora afirma que esta colección es un grito feminista que quiere mostrar las diferentes caras de la mujer. Esto queda claro en claims (algo baratos, todo sea dicho) estampados sobre camisetas y otras prendas: «We should all be feminists«, «Dio(R)evolution«… Una declaración de intenciones bastante pobre que se conjunta con encajes ramplones y poco elaborados, una revisión del imaginario de la hípica nada complejo, bordados florales, transparencias conservadoras o cuero negro sin riesgo alguno, por citar sólo alguna de las constantes de la colección.
Por ahí debaten si es una colección feísta o directamente fea. Por allá empiezan a hacer circular el chascarrillo de que ahora se ve a las claras quién llevaba la voz cantante en Valentino (firma en la que Chiuri compartió tareas de directora creativa con Pierparolo Piccioli). Pero en lo que coincide todo el mundo es que esto no está a la altura no de lo que se esperaba de la diseñadora (sería injusto esperar más de ella por ser mujer, ¡no seamos gilipollas!), sino de lo que siempre ha de esperarse de una casa como Dior.
Aun así, no te fíes de lo que diga nadie, ni en redes sociales ni en los medios de comunicación. Lo mejor que puedes hacer es echarle un vistazo tú mismo a la galería al final de este artículo y formarte tu propia opinión: ¿qué opinas de la primera colección de Maria Grazia Chiuri para Dior? ¿Te unes a los que dicen que es lo peor? ¿O no te parece que esté tan mal la cosa? [Más información en la web de Dior]