Muchos son los grandes que han circulado por este Festival de San Sebastián 2016… Pero pocos la han liado tanto como Paul Verhoeven e Isabelle Huppert.
Esta segunda crónica del Festival de San Sebastián 2016 incluye algunos nombres ilustres con los que teníamos muchas ganas de reencontrarnos en una pantalla grande… El primero de ellos, el de Emir Kusturica, que volvía al terreno de la ficción después de “Prométeme”. Tras su visionado, se puede afirmar que “On The Milky Road” quizás no sea la mejor película del director serbio y, siendo realistas, está llena de peros y de momentos en los que sólo podemos preguntarnos “¿qué esta pasando aquí?” (algo, por otra parte, inherente a casi toda la filmografía de Kusturica). Justamente por eso, “On The Milky Road”, repleta también de momentos gloriosos, conserva en ese sentido la esencia de su autor.
Contextualizada en la guerra de Balcanes, la película cuenta la historia de un excéntrico lechero que a diario recorre un camino, esquivando las balas, para hacerle llegar la leche a los soldados… Uno de los grandes logros de “On The Milky Road” es estar narrada como si de una leyenda mitológica se tratase y, en muchas ocasione, consigue sumergirnos de lleno en ese concepto. A esto contribuye el acierto de contar en su reparto con Monica Bellucci, que de todos los seres humanos es quizás quien más cerca está de la divinidad. El mayor problema de la cinta viene quizás de los excesos narrativos que se permite su director, haciendo que lo que podría haber sido una fábula de amor y guerra se convierta por momentos en algo estridente y ridículo.
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche” da comienzo al nº 20 del libro “Veinte Poemas de Amor y Una Canción Desesperada”, uno de los poemas más populares de Pablo Neruda, y se repite como una constante en el inusual biopic del poeta centrado en el lapso de tiempo que el artista tardó en salir de Chile tras saber que le iban a encarcelar.
La cinta está realizada con un estilo un tanto ecléctico, lo que la hace diferente del anterior trabajo de su director Pablo Larraín, la homogénea “El Club”. Y, durante su metraje, recuerda al cine clásico, al noir, al western e incluso se podría decir que al esperpento y sus antihéroes. “Neruda” son dos películas en una, la persecución y la huida, que ponen frente a frente a persecutor y perseguido a pesar de que ambos nunca llegan a verse las caras. Y aunque está contado en primera persona por el prefecto de la policía encargado de atrapar al poeta, el relato parece deudor de fábulas populares dado el estilo exagerado y surrealista de la narración, que a ratos se llega a mostrar como una epopeya.
Uno de los títulos más esperados y sonoros del todo el festival era “Elle”, el nuevo trabajo de Paul Verhoeven que, como era de esperar, fue uno de los pases más polémicos. El 2016 seguramente pasará a la historia como el año en el que más veces se habló en nombre del feminismo para analizar cualquier película; y “Elle”, con una violación por medio, no se podía librar. De mi boca no saldrá tachar a esta película de machista, y es de ilusos pensar que Verhoeven iba a caer en este error cuando en 1995 rodó “Showgirls”. Te puedes quedar en la superficie y pensar que está banalizando y riéndose de las violaciones, o puedes ver esta película como una orgía y una declaración de absoluta liberación sexual que calla más de lo que dice… Pero, sea como sea, «Elle» dice la verdad.
Isabelle Huppert protagoniza esta obra interpretando a la directiva de una empresa de videojuegos que es atacada en su casa por un hombre encapuchado. Obsesionada por lo ocurrido, y con una frialdad inusual, intenta averiguar quién ha sido el agresor.
“Elle” evoca fragmentos de “Caché” y “La Pianista” de Michael Haneke, de “Lunas de Hiel” de Roman Polanski y de “La Ventana Indiscreta” de Alfred Hitchcock… Y todo ello junto y revuelto da como resultado una inspirada miscelánea cinematográfica coordinada por la anarquía absoluta del cineasta. Sin duda, «Elle» es una de las películas más complicadas y complejas de este festival y a la que seguramente, como apuntó el compañero David Martínez, no se la valorará con justicia hasta dentro de diez años, como suele ocurrir con el grueso de la obra del cineasta holandés.
La Sección Oficial, como ya vaticinamos, está siendo bastante floja… Aunque un caso excepcional que merece ser señalado es el de “Colossal”. Nacho Vigalondo es un cineasta que cuenta con tantos detractores como seguidores, y sus películas acostumbran a ir acompañadas de cierta controversia. Este hecho no cambia con su recién presentada “Colossal” pero, personalmente, me ha parecido una obra brillante tanto en intenciones como en lo que atañe estrictamente a su estructura narrativa. Anne Hathaway interpreta a una chica residente en Nueva York que, tras romper con su pareja, se ve obligada a volver al pueblo donde vivió de pequeña. Allí se reencuentra con el que fue su mejor amigo y, tras ver en las noticias la aparición de un monstruo en Seúl, se da cuenta de que está conectada a él de alguna manera.
Vigalondo utiliza el constructo «chico deja chica – chica se reencuentra con amigo de la infancia – amigo de la infancia siente cosas por chica – chica está confundida» tan típico de la comedia romántica para, a modo de terrorista y mezclándolo con una producción kaiju, extraerlo de su propia película y destrozarlo. Esto desemboca en una obra fresca y totalmente novedosa en cuanto a trasfondo político se refiere, en una clara declaración de intenciones sobre el feminismo y la violencia machista que pocas veces se ha visto reflejada en el cine de una manera tan clara y concisa.
“Midnight Special” llega en el momento idóneo: en pleno apogeo de la serie “Stranger Things”, con la que de alguna manera comparte atmósfera. Hace cuatro años que Steven Spielberg intentó resucitar el espíritu de la ciencia ficción con “Super 8”, y puede que estos sean los brotes de aquella semilla… Jeff Nichols dirige esta ficción sobre un niño que tiene poderes especiales. La historia desarrolla la persecución de este niño por parte del gobierno al verle como una amenaza, mientras su entorno le venera como si de un mesías se tratase.
El estilo clásico del cineasta se conserva en esta ocasión, pero lo que podría ser un punto a favor, como ocurría en “Mud”, termina provocando la sensación de encontrarnos ante un producto caducado. «Midnight Special» es una película correcta en lo estrictamente técnico que se echa a perder con una historia en la que disminuye el interés a medida que se va desarrollando y en la que, al final, acabas pensando que has visto un remake de “E.T., El Extraterrestre” sin pena ni gloria. La intriga que se pueda generar en el inicio se acaba con la presentación del conflicto, dejando nudo y desenlace carentes de la mínima emoción. Y puede que parte de este problema radique, además, en el poco carisma de los personajes.
Por último, Nely Reguera nos ha regalado la primera gran sorpresa en la sección Nuev@s Director@s. “María (y Los Demás)” cuenta la historia de, efectivamente, María (interpretada por Bárbara Lennie), pero también cuenta la historia de todos, por lo que es difícil no sentir empatía por la protagonista a pesar que, si forzamos la distancia suficiente, su actitud pueda ser del todo reprochable. Pero esta película habla de esos momentos en la vida en los que lo que más te apetece es mandar a todos y a todo a la mierda.
La representación del entorno familiar de la protagonista está mostrada desde un plano de total subjetividad, y lo que llega al espectador no es otra cosa que la forma en la que lo ve María. Los hermanos, las cuñadas y la novia del padre son personajes totalmente caricaturizados y satíricos, deformados por la ansiedad de la protagonista. Quizás es la figura paterna la única que se libra de toda esta transfiguración, puesto que es su padre quien le sirve a María de nexo de unión con la realidad aunque a la vez, entre otras cosas, es el origen de sus conflictos.
En esencia, aplauso merecido para “María (y Los Demás)”, que además parece seguir un continuo en la línea de retratos familiares desde el punto de vista de una hija que empezó en el festival con otra preciosa película, “La Idea De Un Lago” de Milagros Mumenthaler, con la que además comparte un cierto tono agridulce.