Las groupies fueron mucho más que unas starfuckers sin cerebro… Y eso es algo que queda bien claro en el fascinante «Hotel California» de Nine Antico.
Que nadie se apresure a comparar «Hotel California» (cómic publicado recientemente en nuestro país de la mano de la editorial Sapristi) con «Casi Famosos«, porque la va a cagar estrepitosamente… Al fin y al cabo, la película de Cameron Crowe se quedó en la superficie cosmética y clichetera del fenómeno groupie, mientras que el cómic de Nine Antico (autora conocida por su beligerante actitud tanto punk como feminista) apuesta por introducirse en las entrañas de ese mismo fenómeno utilizando dos armas que acaban resultando muy pero que muy poderosas:la emoción especular por un lado y la digresión poética por el otro.
El punto de partida de «Hotel California» se acerca tanto a «Casi Famosos» como a cualquier otra ficción que se haya mostrado a lo largo de la historia fascinada con el fenómeno groupie. Al principio de todo, tenemos a una niña que descubre la música como altavoz amplificador de la personalidad íntima a través de nuevos ídolos que van desde la unión de Phil Spector con The Crystals hasta Elivs Presley o The Beach Boys. Esa misma fascinación la introducirá directamente en el fenómeno groupie, que poco a poco va escalando en intensidad.
Ahora bien, Nine Antico consigue convertir una historia trilladísima en algo si no novedoso, por lo menos poderosamente emocionante. Y eso lo consigue, antes de nada, gracias a una estructura planificada con una meticulosidad encomiable. El cómic se abre con una intro que une el póster de Jesucristo que la protagonista tiene en la habitación con el fenómeno UFO que asoló a EEUU en los años 50 (un síntoma inequívoco del «I want to believe» que demostró lo necesitada de nuevos dioses que estaba la sociedad yanki) y con la aparición fulminante de Elvis Presley como nuevo mito destinado a ser abrazado por la sociedad teen.
Todavía queda mucho por decir en la carrera de la autora por desmitificar y ampliar el cliché de starfucker banal que nos han querido vender otras ficciones.
A partir de aquí, cada uno de los capítulos de «Hotel California» toma como hilo conductor una canción en particular: el «He’s a Rebel» de The Crystals con Spector a la producción, «Surfer Girl» de los Beach Boys, «All My Loving» de los Beatles, «(I Can’t Get No) Satisfaction» de los Rolling Stones, «Got a Feelin’» de The Mamas & The Papas, «Light My Fire» de los Doors… La curva es pronunciadamente creciente. «He’s a Rebel» es la educación sentimental, la canción que prepara el terreno mental de las futuras groupies y las prefigura hacia la admiración de cierto tipo de «star» masculina. Los Beach Boys son el sol y la inocencia playera, las juergas en el agua y el amor bajo la luz de la luna. Los Beatles abren la brecha repleta de fuego hacia la que las adolescentes canalizarán una sexualidad reprimida que acabará eclosionando con los Rolling y con los Doors.
Una curva ascendente con la que Antico sin lugar a dudas traza un retrato preclaro de una sociedad y un momento (que, por su parte, asentaron las bases de una industria dispuesta a vender y a aprovecharse del culto a la eterna juventud en el que seguimos completamente inmersos). Y también una curva ascendente que Antico sabe trenza magistralmente con una trama mucho más concreta y a la vez dispersa… La protagonista de «Hotel California» va saltando de fascinación en fascinación en un crescendo de intensidad y en un deceso de la inocencia (de besar un desplegable de los Beatles a hacerle una paja a Jim Morrison).
Pero lo hace con las dos armas mencionadas al principio de este texto. Para empezar, con una dulce digresión poética que le da a Antico carta blanca para permitirse dulces extravaganzas como convertir a una anticuada Barbie en testigo del proceso de maduración de la protagonista (¿no es una imagen preciosa? ¿Una Barbie horrorizada ante el cancaneo de una groupie en los 70?) o para marcarse un grand finale en el que la misma protagonista vuela a bordo de una alfombra voladora junto a Jim Morrison y se encuentra sobre el Festival de Monterey con un Brian Wilson que le pregunta cuál es el mejor grupo de la historia: The Beatles, The Rolling Stones o The Beach Boys.
Si alguna vez te has hecho esa misma pregunta (de la misma forma que me la he hecho yo y cualquiera con un mínimo de amor por la música), «Hotel California» va a ser uno de esos cómics que te toquen la fibra sensible, que te provoquen mucha envidia por no haber podido vivir determinadas épocas y que, sobre todo, te dejará con ganas de más. Suerte que, en la última página, Nine Antico rubrica la esquina inferior derecha con un esperanzador «continuará». Está claro. Todavía queda mucho por decir en la carrera de la autora por desmitificar y ampliar el cliché de starfucker banal que nos han querido vender otras ficciones. [Más información en la web de Sapristi]