«Dazed & Confused» es una película que todo el mundo debería conocer… y que conocerá ahora que se estrena su secuela espiritual: «Todos Queremos Algo».
Que sí, que ya lo sé: que «Juego de Tronos» se ha acabado y que el último capitulo de esta temporada no sólo es el mejor de toda la serie, sino que también lo es de toda la historia de la televisión y parte del cine. Que todos estáis de subidón y que lo que menos os apetece ahora mismo es meteros en una sala de cine… Pero recordad dos cosas: primero, el aire acondicionado; y, segundo, todos esos blockbusters que están a la vuelta de la esquina y que nos van a tener fichando en taquilla durante todo el verano.
Por ahora, eso sí, pasando de blockbusters… Y es que esta semana llega a la cartelera una película tan interesante como «Todos Queremos Algo«. Si digo que es interesantes es porque, al fin y al cabo, esta viene a ser la secuela espiritual de «Dazed & Confused«, el film dirigido en 1993 por Richard Linklater que para muchos es una película de culto y que para la gran mayoría es, simple y llanamente, un gran desconocido. Una cosa os digo: si el estreno de esta comedia juvenil protagonizada por un puñadito de tiparracos adaptándose a la vida universitaria sirve para que determinada gente descubra «Dazed & Confused«, bienvenida sea.
Y, oye, si la comedia indie de los 90s no os hace ni puta gracia, siempre os quedará el cine de autor europeo como el de «Un Amor De Verano«, la película de Catherine Corsini que, además, viene con algo que suele petarlo en la taquilla: una historia de amor lésbico como epicentro de su argumento. En este caso, el film narra la historia de amor entre dos mujeres que se conocen en el París de los 70 pero que, de repente, tienen que enfrentarse a la realidad cuando una de ellas vuelve a su pueblo rural… y la otra le sigue.