El Brexit ya es una realidad… Así que lo mejor que podemos hacer en FPMag es recopilar un moodtape a modo de banda sonora imaginaria de esta ruptura.
El triunfo del ‘leave’ en el referéndum sobre el Brexit ha dejado en estado de shock al Reino Unido y a buena parte de Europa. Tan sorprendente ha sido la noticia que ni las tradicionales casas de apuestas británicas ni las altas instancias de la Unión Europea auguraban tal resultado. De hecho, en Bruselas ni siquiera tenían un plan B por si las moscas… Por eso no es extraño que muchos se encuentren, dentro y fuera de las fronteras de un Reino Unido dividido, entre desconcertados y decepcionados por el balance de una legítima consulta popular que cubre el futuro de incertidumbre. Tertulianos, economistas y cuñados de procedencias varias no han tardado un segundo en pintar un panorama desolador con visiones catastrofistas.
Pero aquí no trataremos de desmenuzar los motivos y las consecuencias del Brexit -sobre todo en aquellas materias que nos atañen al estar relacionadas con la cultura- puesto que diversos expertos ya se han encargado de ofrecer sus sesudos análisis en otros medios y espacios. En nuestro caso, simplemente queremos reflexionar sobre un asunto tan peliagudo mediante unas canciones que, sin proponérselo, vaticinaban en cierto modo las causas y los efectos del Brexit a través de sentimientos, denuncias, razones históricas y hechos de plena actualidad que ayudan a explicarlo. Otras, en cambio, no tienen nada que ver con el asunto, pero encajarían en él (incluso con cierta ironía) por las encontradas sensaciones que desprenden, perfectamente adaptables al tema que nos ocupa.
Son veinte piezas cazadas al vuelo (ninguna de The Clash, que han sonado bastante estos últimos días: “Should I Stay Or Should I Go”, ya saben…) con las que componer una banda sonora imaginaria para este eurothriller político y, de paso, intuir por dónde irían los tiros de una buena cantidad de músicos y artistas de las islas que han expresado su incomprensión y desacuerdo con el resultado final del Brexit si decidiesen trasladar sus pensamientos al pentagrama. Escúchenlas, presten atención a sus letras y saquen sus propias conclusiones.