CARLOTAOMS tenían el listón muy alto después de vencer en dos ediciones de 080 Barcelona Fashion… Pero su nueva colección demuestra que no se estancan.
Permitid que hable en plata: CARLOTAOMS lo tenían jodido. A sus espaldas acarrean e haberse llevado dos premios a la emergencia en el 080 Barcelona Fashion, los dos seguiditos, uno para cada una de las dos únicas colecciones que han presentado en el marco de la pasarela de nuevos talentos de la Ciudad Condal. Cualquier otra firma se hubiera dejado llevar por la parálisis permanente, hubiera sucumbido a la inactividad como fórmula de éxito… ¿»Si funciona, no cambies nada«? Parece ser que no es eso lo que piensan Elisabet Carlota y Elisenda Oms. Por el contrario, lo que parecen pensar ambas es «si funciona, busca la forma de que funcione más todavía«.
Eso es lo que hemos podido ver esta mañana en el desfile inaugural de la nueva edición del 080 Barcelona Fashion. CARLOTAOMS podían haberse quedado atrapadas en su propia trampa: podrían haberse dedicado a repetir los parámetros que ya les han valido dos premios en el 080. Podrían haber seguido practicando el agender, la atemporalidad y el km. 0 con aires high-tech de elegancia futurista que ya nos enamoraron en sus anteriores trabajos… Pero, contra todo pronóstico, Elisabet y Elisenda han decidido apostar por dos elementos: la complejidad del discurso y la subversión de un inesperado clasicismo (siempre en sus propios términos, claro).
La complejidad del discurso quedaba clara cuando, en la apertura del desfile, salían un chico, una chica, un niño y una niña como una especie de caravana del pasado pero con pintas del futuro. Una voz en off hablaba de un objeto sobre una mesas evaluado por los tres puntos equidistantes de un triángulo: un punto era el ayer, otro el hoy y el último el mañana. No es de extrañar, entonces, que esta colección se titule «EQUILÀTER» («EQUILÁTERO«). Y no es de extrañar tampoco que muchos se sintieran descolocados al revelarse ese objeto que es evaluado por las tres puntas del triángulo: un tomate.
Tras explorar las alegorías visuales y las referencias alpinas en sus anteriores dos colecciones, en esta ocasión CARLOTAOMS sorprendían sobre la pasarela con todo un conjunto de piezas clave entendibles incluso para la vieja guardia del periodismo de moda: las diseñadoras exploran por vez primera un denim que aparece pletórico en su engañosa simplicidad (ahí están los bolsillos para demostrar que de simple, nada) y siguen demostrando maestría absoluta en el punto, la camisería, los vestidos y los preciosos abrigos de entretiempo. Ese es el pasado: el sabor inigualable del tomate como fuente de vida. El futuro, por su parte, aparecía en forma de fascinantes detalles como las cintas tensoras en las traseras de muchas prendas, las cremalleras de colores vistosos y, sobre todo, algunos estampados abstractos pero coloridos. El tomate como transgénico deconstruido.
Y el presente es todo lo que queda en el espacio mágico del centro entre el ayer y el mañana. Un centro en el que brilla esta fascinante colección en la que CARLOTAOMS entrelazan el km.0 como concepto de moda con el km.0 como movimiento de recuperación de valores y estéticas (también sabores) que el futuro estuvo a punto de llevarse por delante pero que el presente está luchando por conservar. Repito: CARLOTAOMS podrían haberse estancado en su propio éxito. Y, sin embargo, su «EQUILÀTER» vuela más libre que nunca.
Más información en la web de CARLOTAOMS.