«Olivia» supone el primer paso de una aventura totalmente nueva para Tremenda Trementina… De eso y de mucho más nos hablan en esta entrevista.
“Sangre Pop” (Everlasting, 2014) supuso la cumbre creativa de Tremenda Trementina. Aquel álbum, el segundo de su trayectoria, acaparó más que positivas críticas entre la prensa especializada -de hecho, fue nuestro disco nacional favorito de hace dos temporadas– e hizo que Adriana de la Fuente y Pablo Villafranca ganasen adeptos gracias a la manera en que interpretaban el pop desde diferentes perspectivas (desde el new wave hasta el post-punk, pasando por el soul e incluso el bolero). Ese salto a nivel mediático y de audiencia fue, sencillamente, la plasmación de la rápida evolución practicada desde su (mini)LP de debut, el lo-fi “Tremenda Trementina” (Everlasting, 2012), y el impulso que provocó que el nombre de la pareja pamplonica luciera con letras brillantes en el mapa alternativo nacional.
Con el terreno perfectamente abonado, Pablo y Adriana podían haber tirado por la vía (en teoría) más fácil a la hora de plantear la confección de su tercer trabajo: repetir la misma jugada para estirar su exitosa y variada fórmula pop apoyados, además, por la fuerza de Everlasting, su sello desde el inicio de su carrera. Pero no ha sido así: decidieron cambiar de estrategia para seguir su propio camino bajo la libertad pero también las obligaciones y la incertidumbre de la autogestión y la autoedición con el propósito de dar forma a su último LP, “Olivia” (autoeditado, 2016).
Este álbum ha significado en el mundo de Tremenda Trementina un viraje no sólo en la cuestión logística de su proceso compositivo, sino también en su propio sonido, que difumina la efervescencia pop anterior para inclinarse hacia un post-punk eléctrico, sólido y de luminosidad variable, modelado en el estudio con la ayuda en la producción de Paco Loco.
Así que, ante las nuevas condiciones de la vida artística de Adriana y Pablo, la primera pregunta en esta entrevista a tres bandas sobre la concepción y desarrollo de “Olivia” era inevitable…
¿Por qué un grupo que progresa adecuadamente bajo el cómodo paraguas de una discográfica lo abandona y se lanza a una aventura diferente? (Pablo) Fue un tema personal. Cuando montamos el grupo fichamos por Everlasting casi directamente. Grabamos nuestro primer disco y lo sacaron al momento. (Adriana) Nos sentíamos un poco estancados tras llevar toda nuestra trayectoria con ellos. No creativamente, sino en la forma de funcionar. Buscábamos otra actitud con respecto a la música, otra manera de movernos. Decidimos dar un cambio y salir de la zona de confort.
¿Cómo manejáis esa nueva situación? (A) La verdad es que estamos bastante contentos. A ver, por un lado hemos perdido el punch que nos daba Everlasting y su apoyo económico; pero, por otro, ahora estamos encima y nos enteramos de todo. Es otra forma de trabajar y está guay. (P) Lo que pasa es que supone muchísimo más curro. Básicamente, la diferencia es esa. Luego, Everlasting son nuestros amigos y también pierdes eso: gente muy guay con la que compartes cosas. Eso es lo que más echo en falta. Ahora es como tener un trabajo a media jornada: todos los días hacemos cosas aparte de ensayar o componer.
¿Habéis llegado a sentir cierta presión dados los rigores de la autogestión en el momento de encarar la grabación de vuestro nuevo disco? (P) Hubo un momento de crisis absoluta, de preguntarnos ‘¿qué hemos hecho?’, como de shock. Estuvimos un mes parados pensando qué íbamos a hacer. Cada día había una idea y dijimos ‘vamos a por esto’. (A) Más que nada hicimos bastante encaje de bolillos con todo. (P) Empezamos a planearlo bien todo: nos fuimos a Gran Sol para distribución y promo y nos vinculamos a Nordika Producciones. No estamos solos, vamos haciendo el camino poco a poco.
Una vez inmersos en la fase creativa, centrada en la composición de “Olivia”, ¿os fijabais en cómo había salido “Sangre Pop”? ¿Os influyó de algún modo su estilo, después de conseguir un gran resultado con él? (A) Compusimos las primeras canciones cuando aún estábamos tocando en directo “Sangre Pop”, y entonces empezaron a salir temas más cañeros y ruidosos. También vimos las carencias que teníamos cuando llevamos al directo un álbum como “Sangre Pop”. (P) Carencias como músicos. Con lo cual hicimos un disco más acorde con nuestra condición de músicos que venimos del underground. “Sangre Pop” era un trabajo más elaborado; el nuevo disco es una cosa intermedia entre lo primero que hicimos y “Sangre Pop”.
Exacto. En esencia, “Olivia” viene a ocupar un espacio imaginario entre “Tremenda Trementina” y “Sangre Pop” al mostrar un sonido global salpicado de claroscuros y perfilado en buena medida por su single de presentación, “Anfetaminas”. Un tema que sorprendió relativamente por su envoltorio eléctrico y sucio y unas estrofas de las que brotaban sensaciones negativas. Es decir: Tremenda Trementina teñían de gris su habitual discurso (sobre todo en cuanto a su aspecto), aunque en el álbum demuestran que seguir una dirección estética unitaria no es sinónimo de monotonía.
¿Buscasteis premeditadamente establecer distancias con respecto a la nitidez formal de “Sangre Pop”? (Adriana) Queríamos llegar a un punto medio: ni un sonido tan limpio como el de “Sangre Pop” ni tan descacharrado como el de “Tremenda Trementina”. (P) De “Anfetaminas” choca el sonido, pero también la letra y su actitud. Aunque no nos parecía el sencillo más claro, queríamos utilizar esa canción como avance de “Olivia” para que se apreciara ese cambio. Pero, en el fondo, dentro del disco hay muchas referencias a “Sangre Pop”, existen similitudes.
Entonces, “Anfetaminas” funcionó realmente como un anuncio de que “Olivia” tendría un sonido crudo y oscuro… (P) Sí, aunque más por la letra. (A) Por la canción en su totalidad. Es difícil elegir qué vas a lanzar primero. Nos apetecía un poco jugar al despiste, quizá, porque luego “Olivia” no es tan oscuro, tiene más matices.
Su concisión e inmediatez hacían de “Anfetaminas” una pieza muy accesible. ¿Se podía interpretar como un intento de acercaros a lo que se suele entender como hit alternativo? (P) Sí… Pero tiene un punto de vacile y un poco de ironía. En el anterior disco pensábamos que el single era “Gorilas” y, luego, para nada. Somos un poco chunguillos a la hora de elegir los singles [risas].
“Olivia” no muestra la variedad genérica de “Sangre Pop”, ya que tiende más hacia el new wave y el post-punk con mayor peso de los riffs guitarreros. ¿Cómo explicáis ese cambio de tendencia? (A) En cierta manera fue algo buscado. Queríamos que “Olivia” tuviera un poco más de homogeneidad, porque con “Sangre Pop” nos daba la impresión de que a la gente le encantaban unas canciones y otras no.
Aunque, en ese sentido, “Sangre Pop” resultaba más sorprendente… (A) Nos gusta recurrir a un montón de palos musicales diferentes, es enriquecedor, pero a veces… (P) La producción de “Sangre Pop” fue nuestra y nos abrimos más en cuanto al planteamiento, aunque con nuestras limitaciones: teníamos la sensación de que nos habría gustado trabajar ciertas ideas con un productor, siendo igualmente abiertos pero más guiados.
Esta vez sí que apostasteis por un productor externo, encarnado en la figura de Paco Loco. ¿Cómo fue el trabajo con él? (P) Muy intenso. (A) Intensísimo. Desde que nos levantábamos hasta la hora de cenar, a tope. (P) Pero de una forma que queríamos: nos centrábamos en una canción y la terminábamos. Cada tema tenía su momento, a veces participaba un músico, a veces otro… A pesar de haberlo hecho en ocho días, hubo tiempo para todo. Paco curra muchísimas horas, fue una locura guay.
¿Por qué elegisteis a Paco? (P) Barajamos otro nombre, pero no estaba disponible. Y Paco dijo que sí… (A) En Paco pensamos porque siempre creímos que nos iba a dar un rollo guay, ese aspecto crudo. (P) Bueno, más que crudeza, inmediatez: lo hace todo al instante. O sea, las ideas que tienes funcionan y ya está, ese es su sistema. Entonces, todas nuestras ideas que suponíamos iban a funcionar, lo hicieron. Todo tiene que funcionar en las primeras tomas. Si no, no tiene sentido ir más allá.
Luego, líricamente mantenéis el juego de contrastes entre luz y oscuridad dentro del terreno emocional. Es como vuestra seña de identidad. (A) Sí, de alguna manera se está convirtiendo en eso. Me gusta mucho jugar con la ambigüedad. También los sentimientos son ambiguos y muy cambiantes: puedes sentir una cosa en un momento determinado y otra contraria con el tiempo; es muy curioso.
¿Os basáis en hechos personales para elaborar vuestros textos? (A) Cualquier letra está basada en un hecho personal. Hablen de lo que hablen, al final hay partes de ti, de tus propias experiencias y de lo que vives. Y, en este caso, igual. Lógicamente, buscamos que también sean universales, pero se basan en experiencias y sentimientos personales. Sobre todo en los sentimientos.
En la letra que da título al disco, “Olivia”, decís que “no hay nada mejor que ser quien eres hoy”. ¿Quién es realmente esa ‘Olivia’? ¿Está inspirada en alguien en concreto? (A) No, sino en muchas personas. (P) Es como una adivinanza, yo todavía no sé quién es [risas].
Con todo, su espíritu se aprecia a lo largo del álbum… (A) Sí, en el disco explicamos un poco cómo es Olivia, hay partes que la definen un poquito. Yo la considero imperfecta pero perfecta, por así decirlo…
Volviendo al sonido de “Olivia” y repasando otras de sus canciones, llama la atención “Misterio”, en la que exhibís vuestra cara ensoñadora con un interesante cruce entre dream-pop y shoegaze. Pero parece que está inacabada… ¿es así? ¿No os apetecía darle una vuelta más? (P) Cuando haces las cosas eres consciente de ello, pero a veces no tanto. Como he dicho antes, en el estudio sabes qué idea va a funcionar. “Misterio” la trabajamos y luchamos igual que las demás. (A) Puede parecer inacabada, pero es así, tal cual [risas]. (P) Es una canción con final abierto, con un ‘continuará’.
¿Y tendrá continuación? (A) En el próximo disco habrá un “Misterio 2” [risas]. (P) Fue una especie de experimento, sobre todo en la mezcla.
“Quién Vive Dentro de Mí” es quizá el corte más profundo y sombrío (incluso gótico) del lote y cuenta con los coros de Leo Mateos, de Nudozurdo. De hecho, parece una composición de su grupo. ¿Hasta qué punto se involucró Leo en la canción? ¿Ayudó a que sonara como suena? (P) Bastante. (A) Con Leo hablamos para hacer una canción juntos, le mandamos dos líneas muy básicas de un par de temas y él se quedó con “Quién Vive Dentro de Mí”. Tenía la guitarra… (P) Sí, tenía claro por dónde ir. Después, al cantar, la llevó a otro punto. Metió más guitarras, como marcianas. (A) Le dio un aire oscuro.
Otras dos canciones que destacan en “Olivia” son “Solo” y “El Final”. La primera de ellas es una digna sucesora de “Sangre Pop” (el tema) por su acabado redondo y pulso new wave. (A) No lo teníamos claro, pero nos parecía que podía ocupar su lugar. (P) Reservamos una parte especial a la versión que ha salido. Hicimos otras tres diferentes pero no quisimos ninguna. Paco aportó muchísimo, ha sido la canción más trabajada en el estudio.
Por su parte, “El Final” sorprende por su ritmo blues-rock. (P) Su sonido original era más de los 90, al estilo del “Definitely Maybe” de Oasis. Pero, al escucharla en el estudio, nos dimos cuenta de que no queríamos llegar a ese punto. Simplemente era una cosa y derivó en otra.
Desmenuzados los entresijos de “Olivia”, queda por resolver la duda sobre la traslación al directo tanto de las canciones del disco como del repertorio anterior de Tremenda Trementina, susceptible de que acabe pasando por su renovada y cohesionada batidora sónica, que quizá le reste matices pero, a cambio, le otorgue mayor ímpetu y energía... (A) Sí, aplicamos un tono similar, potente y bailable. (P) Somos un grupo, a día de hoy, con limitaciones, y es mucho mejor apostar por un plan sencillo y que funcione bien. Como hemos estado en el GPS [el circuito de conciertos de promoción pública Girando Por Salas], aprovechamos la gira para prepararlo.
¿Cómo resultó esa experiencia en el Girando Por Salas? (A) Muy positiva. Nos ha servido para rodar mucho, algo que actualmente es difícil porque, si tocas en una sala, pierdes dinero o corres ese riesgo, con todas las complicaciones que conlleva. Con iniciativas como el GPS se ayuda a los grupos a profesionalizar su directo. (P) En el GPS hay bastantes salas bien equipadas técnicamente, y les vas cogiendo el rollo. Si no tienes continuidad, cuesta pillarlas.
Teniendo en cuenta vuestro paso a la autogestión, ¿consideráis que esa clase de apoyo es fundamental para sobrevivir en el panorama más independiente de nuestro país dentro del actual contexto de crisis? (P) Creo que, de algún modo, parte del dinero destinado a cultura tiene que revertir. Estos proyectos están muy bien. Y que haya presupuesto para ejecutarlos… Va en la línea de lo que siempre hemos pensado, que se apoyen más a las bandas locales. Está guay que se invierta en ello.
¿Y cómo observáis vuestro futuro a corto plazo? (A) Con optimismo, las cosas empiezan a funcionar, tenemos mucha ilusión y estamos muy contentos. Más adelante…
Adriana y Pablo no pueden evitar esbozar la típica sonrisa que mezcla sensaciones encontradas y que surge ante un porvenir excitante pero imprevisible, que se presenta como una hoja en blanco a cubrir con nuevos deseos y retos a cumplir. “Olivia” es el primer hito de la nueva aventura que han emprendido con entusiasmo y seguridad Tremenda Trementina. [Más información en el Facebook de Tremenda Trementina]