La quinta edición de «Granjero Busca Esposa» ya ha presentado a sus cinco protagonistas… Y son tan fuertes que necesitamos llevarlos a juicio.
La maquinaria de «Granjero Busca Esposa» se ha vuelto a poner en marcha… y ya era hora, guapa. Al fin y al cabo, los fans fatales de este programa llevaban lloriqueando por las esquinas desde el lejano año 2011, que fue precisamente cuando se emitió la última temporada hasta la fecha. No es de extrañar, entonces, que el regreso del programa a la parrilla de Cuatro haya sido recibido con vítores y lefazos por doquier. Mucho más desde que la semana pasada pudimos ver por fin quiénes serán los cinco granjeros y la granjera que buscan esposas y esposo, respectivamente.
Porque la cosa está caldeadita y, de entrada, el casting ha sido fino. Finísimo. Tan finísimo como para olvidar que el principal cambio es, para qué vamos a negarlo, una gran pérdida: Luján Argüelles ha hecho mutis por el foro y ha cedido su papel de maestra de ceremonias a Carlos Lozano, que está ahora en el candelero gracias a haber sido el único concursante en la historia de «Gran Hermano VIP» en pasarse toda una edición completamente borracho. 24/7. Aquí, evidentemente, no está borracho. Pero le falta la mordacidad, la ironía y la putería que han hecho célebres a Luján. Y le sobra acartonamiento y auto-consciencia.
Aun así, no nos quedemos en lo que no mola, porque en el programa de presentación de los granjeros (y la granjera) hay la suficiente telita molona por cortar… Y allá vamos. A continuación, llevamos a juicio a los seis protagonistas de la quinta edición de «Granjero Busca Esposa«. ¿Cuál será el veredicto?
DON LUIS. Este año, en «Granjero Busca Esposa» dicen que no entienden de fronteras y que por eso mismo dos de los granjeros van a estar fuera de España… Hasta aquí, bien. Y, de hecho, en cuanto conocemos al primero de ellos pasamos de «bien» a «jodidamente fetén». Y es que, al fin y al cabo, Don Luis, a parte de llamarse Don Luis, es un dandy, un señor, un truhán. Un tipo de edad avanzada que dice que sólo ha ido engordando 100 gramos por año y que, por lo tanto, se conserva como cuando era joven. Un cacique de las Indias que se viste como si tuviera un paparazzi del Hola cada día en la puerta de su finca. Un hombre que susurraba al oído de los caballos. Una una especie de colono que se fue a hacer las Indias, se hizo asquerosamente rico tratando con esclavos y ahora se dedica a decorar su casoplón de la hostia.
Don Luis tiene dos niños con pinta de ser una absoluta pesadilla. También tiene una madre en estado avanzado de momificación y una hija que tiene menos de cuarenta, es guapa hasta decir basta y a la que le chiflan los caballos. Eso, por cierto, es básicamente todo lo que Don Luis pide a su futura esposa. Y, sí, tú acabas de pensar lo mismo que yo cuando vi el programa: que este hombre básicamente quiere chuscarse a su hija. Mal rollito. Esto no puede acabar bien.
¿Veredicto? Don Luis está forrado y, el resultado, va a ser que va a tener un harén de guarras cazafortunas… Lo peor es que a él se la sopla, porque es básicamente lo que está pidiendo a gritos.
JOSÉ. Lo reconozco: hasta la mitad de la presentación de José, me aferré a la esperanza profunda de que en cualquier momento dijera que busca esposo y no esposa. ¿Qué le vamos a hacer? Con esa pinta de osito sensible, sé de varios bares de bears de los que este pobre chaval saldría con grapas en la raja del culo para sostenerlo todo en su lugar… Pero no. Resulta que no. José busca una esposa que vaya a vivir con él al Caribe (digo yo que será el Caribe, porque nunca dicen exactamente de qué lugar concreto estamos hablando). Lo que no está mal. Tiene que ser, eso sí, una mujer que esté dispuesta a que su marido tenga el pluriempleo más raruno de la historia: por la mañana, granjero a tiempo completo y, por la tarde, dentista en un antro cochambroso que en cuanto cruzas el umbral de la puerta ya has pillado tres ETS diferentes.
José, además, viene en pack con su padre. Que es un fiera. Que dice que le gustan más las mujeres que comer con las manos. Y que, por si eso fuera poco, es productor artístico y responsable absoluto del éxito internacional de Luis Miguel del Amargue, que yo no sé quién es y tú tampoco, pero que seguro que es otro fiera como el padre de José.
¿veredicto? Está cantadísimo: el padre de José se chuscará a todas las jamelgas que le traigan a su hijo… Y a este le moverán directamente a la primera edición de «Granjero Busca Osazo«.
SIGI. Sigi es de esas personas a las que se las trae al pairo esto de que vivamos en el año 2016 y que, por lo tanto, viste con orgullo pantalones con rotos horizontales surgidos de alguna pesadilla de la división de hombre de Bershka. Y o jodido es que esta, chiquis, es la menor de todas las afrentas estéticas de este chaval que dice que es empresario de Badajoz y un broker de ganado, sea eso lo que sea (si es que existe tal cosa). Si nos fiamos de su video de presentación, esto de hacer de broker de ganado implica regatear el precio de cuatro cabras de mierda como si estuvieras en el zoco… Pero, bueno, que todo se le perdona a Sigifredo básicamente porque dice que es ultra fan de la Pantoja e incluso tiene una furgoneta que perteneció a la flamenca pero que es tan cutre que nunca enamorará el alma de absolutamente nadie. (¿Hola? ¿Segunda gay alert de esta edición?)
Sea como sea, es difícil entender los aires de señorito que se lleva este chaval cuando realmente vive con su madre en una casa tan minúscula que los cámaras del programa necesitan usar un ojo de pez. Su madre, por cierto, dice que aprovecha el programa «por si sale algo«. Pero, bueno, teniendo en cuenta que su hijo es el más aburrido de todos estos granjeros, como máximo le va a salir a la pobre mujer un billete de avión para ir a conquistar a Don Luis.
¿Veredicto? Estos se han confundido de programa e iban para «¿Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo?«, porque la verdad es que son tan sosos que sólo un buen paso por el Taller Luján podría hacer que nos interesáramos por su vida.
JUANMI. Vale. Aquí voy a tener que contenerme e intentar que no se me vaya mucho la olla, porque la verdad es que en el caso de Juanmi a punto estuve de coger el teléfono, llamar al programa y pedir que me dejaran por favor convencerle al chaval de que lo que él quiere no es una esposa, sino mi carne en barra. Y aunque, como ya hemos visto, sobre algunos de los otros granjeros pesa una insidiosa gay alert, en el caso de Juanmi no se puede ser más hetero… Cierto es que habla con un acento muy tremendo (de ese que te suelta un «paso las 24 de horas con mi hermano» y se queda tan pichi) y que el corte de pelo de moderna rural choca al principio cuando lo ves contrastado con su mono de trabajo azul, pero pronto se te pasa el susto cuando el niño se quita la ropa de ganadero y ves que está mazas total. Repito: tú lo que quieres es carne en barra.
El cómplice de Juanmi será precisamente su hermano, que es con el que pasa «las 24 de horas» y que es igual de bonachón que él. Y ahí está el problema: que se les ve tan buena gente que sabes que lo vas a pasar jodidamente mal cada vez que te rías del tinglado que se va a montar cuando le lleven a cinco guarronas. Al fin y al cabo, reírse de los tróspidos mola porque son gentuza que va de guay pero que en verdad son unos mamarrachos venidos a más. En este caso, reírse de un chaval de pueblo tan rematadamente majo nos va a hacer sentir peores personas que Rajoy haciendo promesas electorales. Pero, bueno, nada a lo que no estemos acostumbrados.
¿Veredicto? Pues lo típico: le van a llevar a cinco actrices porno y el chaval se va a volver loquer totalis y lo único que va a querer es pasarse «las 24 de horas» follando como si no hubiera un mañana. Esposa no encontrará, no. Pero se va a hartar a chuscar.
LANDER. Y aquí llegamos al fuertecito de esta edición de «Granjero Busca Esposa«. De hecho, Lander es fuertecito por dos motivos… El primero, es su afición desmedida por el Athletic de Bilbao, que no es normal pero bueno, que tampoco es normal en los aficionados del Barça o del Madrid y no pasa nada, porque cuando una locura está tan compartida, parece menos locura. El segundo motivo por el que Lander es fuertecito ya es más jodido: su pasión por el Athletic sólo es superada por su afición por las vacas. En serio. No es normal. Da yuyu. Sobre todo, porque esta pasión llega a su cima en la figura de Rebeca, su vaca preferida. En cierto momento de su video de presentación, el mozo dice que a Rebeca la lleva todo el día en la cabeza (silencio expresivo) y también en otra parte de cuerpo. Siéntete libre de sentir pánico, porque es lo que me ocurrió a mi. A continuación enseñan que el chaval lleva en la espalda un tatuaje de la vaca, pero el daño está hecho y te vas a pasar el resto de esta edición pensando en Lander sudando la gota gorda mientras bombea en los cuartos traseros de la Rebe.
También hay que tener en cuenta que el chaval vive rodeado de sus hermanos, uno de los cuales suelta como si nada que Lander «la tiene bien larga«. Así que, oye, pobre Rebeca. Y luego está Arkaitz, que además tiene nombre de videojuego de los años 80 y que por eso ya mola todo. Dice Lander que es el único «amigo amigo» que tiene, y la verdad es que no extraña. Porque, a ver, tú conoces a este chaval una tarde y te explica todo el percal del Athletic y las vacas y Rebeca, ¿y qué? ¿Te haces su amigo? No, cari, no. Sales corriendo.
¿Veredicto? Es que aquí da absolutamente igual las pretendientas que le traigan a Lander, porque sabemos que al final se quedará con Rebeca. Espero que los del programa estén buscando a alguien con potestad para casar a un humano y a una animala.
ROCÍO JURADO. Es que, durante la emisión del programa de presentación de esta edición de «Granjero Busca Esposa«, pude verlo clarísimo en mi cabeza: mientras se iban presentando el resto de protagonistas, los teléfonos echando humo, pero al llegar a Rocío… ssssshhhhhh… el silencio más absoluto. Ni un mísero ring-ring. Y mira que me jode, porque a la chavala se la ve buena gente, pero es de ese tipo de buena gente que sólo deseas encontrarte de fiesta a altas horas de la mañana durante cinco minutos. Serán cinco minutos gloriosos de alcohol y drogas y fiesta y jarana y locura. Pero ya está. No más. Es que imagina despertarte por la mañana y que Rocío Jurado entre en tu habitación cantando como un torbellino y bailando a lo flamenca y moviendo esa melena que tiene con esa energía de central termonuclear que la mujer parece albergar en su estómago.
Rocío dice que busca un hombre que la desee las 24 horas del día, y esto parece una quimera muy poco probable, la verdad. No por nada, sino porque los hombres somos incapaces de desear a una misma persona durante 24 horas. Joder, qué cansancio, guapa. Pero bueno que, por cierto, a la gente del programa les digo que, por favor, en algún momento hagan una versión de la más grande pero cambiando la letra por «como una bola«. Ahí os lo dejo. For free.
¿Veredicto? Es de suponer que al final le encontrarán pretendientes a Rocío Jurado, claro, pero es que la mujer dice que todas sus relaciones fracasan porque ella da mucho más de lo que recibe… Y, mira, no hace falta dónde está el problema, ¿verdad? Al fin y al cabo, todos nos hemos encontrado alguna vez con alguien así.