Hay quien opina que a la PETA se le ha ido un poco la mano con este anuncio… Pero es inevitable pensar que ciertos mensajes necesitan un impacto.
Por todo el mundo es sabido que la sutilidad no consta para nada entre las virtudes de la PETA (ya sabes: Personas por el Trato Ético de los Animales): lo de esta organización, justificado o no, consiste en liarla bien gorda para que la gente escuche su mensaje, y eso es algo que no se puede conseguir a día de hoy si es mismo mensaje no grita bien fuerte en medio del ruido de la vida moderna. Ahí están los abrigos de pieles de las famosas pintorrejeados con pintura plástica en las red carpets… Y aquí está también el último anuncio de la PETA.
Esta pieza audiovisual, producida por la defensora de animales junto a Ogilvy y Mather Advertising Bangko, tiene un punto de partida aparentemente inofensivo: una pop-up store que abre sus puertas en el centro comercial CentralWorld de Bangkok bajo el nombre de The Leather Work. La tienda, evidentemente, está repleta de ropa, bolsos, zapatos y complementos todos ellos utilizando pieles a cada cual más exótica. Pero, cuando la gente entra y empieza a curiosear, se da cuenta de que algo raro ocurre: todas las prendas y complementos contienen carne, sangre e incluso órganos palpitantes que serían la pesadilla extrema de H. R. Giger.
¿Dónde está lo jodido del anuncio en sí? Bueno, para empezar, lo jodido está en que contiene imágenes de chunguerismo extremo que seguro que no te van a apetecer con el primer café de la mañana. Pero, sobre todo, lo que ha molestado a ciertas personas ha sido el hecho de que todo esté rodado con cámaras ocultas y sea real. A lo que nosotros, que por una vez no nos posicionamos ni a favor ni en contra, sólo podemos responder: si no es a través de un impacto como este, ¿cómo va a sensibilizarse la gente que no suele ligar las pieles exóticas con la carne de animales maltratados que había debajo?
Más información en la web de la PETA.