Mercedes Cebrián explora la importancia de «Verano Azul» no sólo como serie mítica, sino también como representación del espíritu de la Transición.
El año pasado, al acabar las vacaciones, nuestra colaboradora Reyes Calvillo imaginaba cómo sería su vida como «Verano Azul» en este maravilloso artículo que nos puso una lagrimita de nostalgia colgando de la comisura del ojo… Aquí y ahora, sin embargo, es interesante ver que aquella recuperación de la mítica serie de Antonio Mercero era de los más pertinente, porque ahora es ni más ni menos que Mercedes Cebrián la que ha decidido revisitar «Verano Azul» para ponerla en su sitio. Un sitio, por cierto, que va mucho más allá de lo que cualquier espectador -o lector- peregrino podría esperar.
Y es que Cebrián se ha propuesto desencasillar a «Verano Azul» como esa serie blandita y de colores pastel que a todos nos recuerda inmediatamente una melodía para silbar mientras vamos en bici y todo un conjunto de poderosas imágenes grabadas a fuego en el imaginario colectivo de nuestra generación. Y es que, al fin y al cabo, la línea de pensamiento de Mercedes Cebrián tiene mucho sentido: si un producto cultural se ha mostrado tan imperecedero como «Verano Azul«, ¿no será precisamente porque ha metido el dedo en una yaga que está tardando años y años en sanar, en airearse, en curarse?
El subtítulo de este tomo editado por Alpha Decay es «Unas Vacaciones en el Corazón de la Transición«… Y no es un subtítulo gratuito. La tesis de Cebrián es que «Verano Azul» simboliza ni más ni menos que la propia Transición: una brecha generacional abierta en la superficie de un país puritano y anquilosado en ideas viejunas bajo el que empiezan a latir nuevos aires de cambio. Pero, bueno, que si esto te parece demasiado intelectual, no te preocupes, porque «Verano Azul» incluye toda la mitomanía y la memorabilia de la serie, un buen número de diálogos míticos e incluso una ruta turística por Nerja en compañía del mismísimo Tito (es decir: el actor Miguel Joven). Y ahora, ya puedes dejar de silbar la melodía mentalmente. [Más información en la web de Alpha Decay y en la de Mercedes Cebrián]