Cierto es que «Junk» es intensito a más no poder… Pero este diálogo imaginario demuestra que tampoco es tan jodidamente malo como dicen por ahí.
A través de la pantalla de un dispositivo cualquiera, en el salón de una casa de una ciudad cualquiera, dos personas cualesquiera miran con atención un curioso vídeo y comienzan a comentarlo…
- Pero, ¿quién es ese que aparece disfrazado de hombre lobo, como Michael J. Fox en “De Pelo en Pecho”?
https://youtu.be/AwMCmbu-5kY
- El mismísimo Anthony Gonzalez, el de M83, que ha llevado al extremo ese homenaje a la música de su vida que es su último álbum, “Junk” (Naïve, 2016). Lógicamente, los 80 están marcados a fuego en su corazón.
Madre mía… ¿El disco del que hablas no es ese del que salió un single con el vídeo de un perro cantando su letra en modo playback?
- Efectivamente. “Do It, Try I», la misma canción que interpreta cual joven licántropo en el clip del show de Jimmy Kimmel.
¿Qué le pasa a Anthony Gonzalez? ¿Volviose loco?
Bueno, no tanto… Sólo que el pobre necesitó digerir de alguna manera el tremendo éxito de “Harry Up, We’re Dreaming!” (Naïve, 2011). Y de su tema estrella, “Midnight City”, que sonó hasta en la peluquería de tu tía la del pueblo. Como quien dice, su sueño se hizo más que realidad. Explotó. De hecho, no sé cómo Anthony no acabó atado con una camisa de fuerza después de su triunfal gira, su nominación en los Grammy y la banda sonora para “Oblivion”.
Vamos, que por poco lo devora la fama.
Quizá… Aunque no creo que a nadie le amargue el caramelo del éxito. Eso sí, quería que el camino de M83 tomara una dirección diferente en su siguiente trabajo para no repetir los esquemas de “Harry Up, We’re Dreaming!”.
Supongo que sin perder la esencia de su sonido.
Naturalmente. Ya sabes, la milonga de siempre de que se conserve la identidad artística pase lo que pase, sobre todo en caso de que el experimento salga por la culata. Ven aquí, que te voy a pasar el disco.
A ver… ¿Y esta portada como diseñada con Paint? No sé cómo calificarla… ¿Cutre? La verdad, encaja bien con su título.
No seas cruel. Ese título tiene un sentido. Según Anthony, deseaba reflejar el pensamiento de que, y leo textualmente, cualquier cosa que se crea hoy en día acabará siendo un desecho espacial en algún momento. Es otra forma de interpretar el asunto del actual consumo de música y arte, convertidos en productos de usar y tirar.
Vale, no me sueltes el rollo, que ya me lo conozco. Vamos a lo importante, las canciones.
No sé si habrás escuchado los otros dos temas de adelanto del LP que siguieron al del perro cantor, que era bastante resultón… Uno, “Solitude”, es un baladón épico-sinfónico de hechuras clásicas y abundante en azúcar, pero soportable. El otro, “Go!”, empieza bien pero termina entre desatados y rimbombantes riffs de guitarra. También muy ochenteros, como te puedes imaginar.
Dale al play…
¿Quieres escuchar el disco entero? Te aviso porque se te puede hacer un poco largo, ¿eh?
Vaya… Entonces hazme un resumen.
Para empezar, en “Junk” hay de todo, bien regado con sintetizadores, vocoder y voces invitadas. Y si te mola toda la música que sonaba en la radio y la tele de los 70 y 80, lo vas a gozar. Porque, además de “Walkway Blues”, otra tonada empalagosilla, te toparás con “Moon Crystal”, la sintonía alternativa de “Vacaciones en el Mar”; o “For The Kids”, lo más parecido a un tema perdido de Kenny G. A tu tía la peluquera le encantarían…
Casi mejor me pongo M80 o Kiss FM y ya está, ¿no?
Como quieras, pero ahí no encontrarás a Beck cantando en “Time Wind”. Se nota que le tira el soft rock tardo-setentero, como cuando versionó “Everybody’s Got To Learn Sometime” de The Korgis.
¿Y qué tal está su featuring?
No del todo mal, aunque prefiero la pegadiza “Bibi The Dog”, que posiblemente haga referencia al perro del vídeo de “Do It, Try It”. Y el disco-pop al ralentí de “Laser Gun”. Incluso admitiría el adult oriented pop de “Road Blaster”. Muy veraniegas las tres.
Me quedo con ellas, entonces.
Si te apetece y llegas a él, escucha el corte final, “Sunday Night 1987”. Así entenderás al completo la revelación místico-nostálgico-ochentera de M83 en “Junk”, con sus buenas dosis de piano y armónica.
No, no… Por el momento, ya tengo suficiente ochenterismo metido en el cerebro, no vaya a ser que me dé por disfrazarme de hombre lobo juvenil… No hay ninguna duda: Anthony Gonzalez tiene demasiada pasión por lo suyo…
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