Os explicamos (con bastante cachondeo) qué ha pasado por ahora con Radiohead… y, sobre todo, qué sería divertido que pasara a continuación.
Radiohead no saben hacer las cosas sencillas: lanzar un disco con su promo normal y sus vías de marketing normal y esas cosas normales que dan cierta seguridad a nuestras vidas porque nos encantan las rutinas y cuando nos sacan de ellas nos volvemos un poco locos del coño. Por el contrario, a Radiohead les encanta complicarlo todo y es box populi que cada nuevo disco de la banda será lanzado en sus propios términos y buscando la novedad promocional absoluta, ya sea aquel locurón de los blips o apuntarse al «paga lo que te salga del rabo por este disco» antes que el resto de formaciones del mundo (que, a nadie se le escapa, también fue una acción de marketing).
Así las cosas, y aunque los de Thom Yorke van por el mundo de misteriosos y de fans fatales del secreto absoluto, aquí nos encontramos ante una situación similar a cuando le estás preparando una fiesta sorpresa a tu mejor amigo y tu amigo lo sabe pero hacer ver que no lo sabe para no destrozarte la ilusión y tu sigues ahí, a lo tonto, actuando como si fueras un espía en la Guerra Fría guardando el mejor de los secretos. Así se han ido comportando Radiohead en los últimos meses aunque, la verdad, todos sabíamos que un disco estaba al caer.
Vamos, que cantaba como una almeja debido a todo eso de la gira mundial y lo de crear varias nuevas compañías (por si no lo sabes, crean una compañía para el lanzamiento de cada álbum)… Pero no fue un hecho contante y sonante hasta que el pasado fin de semana algunos fans de la banda (que habían realizado pedidos en la online store de la banda) empezaron a subir a redes sociales fotos de flyers que habían recibido por correo y en los que constaba un misterioso mensaje: «Sing a song of sixpence that goes / Burn the Witch/ We know where you live«.
Umm, I just got this in the post from Radiohead. Is the new album called Burn The Witch? pic.twitter.com/zv5QKnDeGh
— Niall Doherty (@NiallMDoherty) 30 de abril de 2016
Eso fue sólo el principio: justo al día siguiente del reparto de flyers, la web de Radiohead empezaba a «desvanecerse». Y no es broma. Se desvaneció de forma literal: los colores de la web al completo fueron disminuyendo en intensidad hasta quedar como un lienzo en blanco absoluto (wow, chiquis, qué metáfora más guapa, ¿no? Lienzo en blanco, tabula rasa, ¿lo pillas? Supongo que no, porque nadie la ha utilizado nunca antes). Al site de la banda le siguieron sus cuentas en redes sociales, en las que todos los posts e imágenes fueron debidamente borrados.
El corolario de esta acción llegó cuando el mismo Thom Yorke eliminó todos sus tweets y Johnny Greenwood puso en blanco todas las imágenes de su Twitter. Ah, y Nigel Godrich (el productor habitual de la banda que casi es un miembro más de Radiohead) posteó lo siguiente en Twitter. El mundo todavía busca una explicación a esto último, que conste.
— nigel godrich (@nigelgod) 2 de mayo de 2016
¿Qué fue lo siguiente? Pues, oye, una vez tienes el lienzo en blanco que querías, te toca «pintar» algo en él, ¿no? Lo primero que supimos de Radiohead en su particular «año cero» fueron dos mini-clips en su nueva cuenta de Instagram. Ambos están realizados a base de animación en stop-motion utilizando plastelina como material con el que se construyen los sueños… O las pesadillas, ya que aunque el primer clip es un dulce pajarillo canturreando, el segundo muestra a una secta satánica a punto de darle lo suyo a una mozalbeta que, es de suponer, es la bruja de todo este tinglado que está montando la banda.
Un vídeo publicado por Radiohead (@radiohead) el
Y, al final, pasó lo que tenía que pasar: que Radiohead lanzaron su nuevo single como avanzadilla del que será su noveno álbum. La canción, evidentemente, se titula «Burn The Witch«, y viene acompañada de un videoclip dirigido por Chris Hopewell y producido por Jacknife. La pieza audiovisual (que es de donde se extrajeron los mini-clips de Instagram) es un homenaje a la serie de animación «Trumpton«, y en ella vemos el día a día de un pueblito situado (digo yo) en el corazón de la Little Britain más rural en el que se vienen muy arriba con las prácticas anti-brujería de la Edad Media, incluyendo eso de encerrar a alguien en un gigantesco coloso de madera y prenderle fuego. Stanley Downwood, responsable de la imagen gráfica de la banda, ha ido poniendo en su Instagram fotitos del making of del video.
En cuanto a la canción en sí, pues hay que reconocer que no le va a cambiar la vida a nadie y que seguramente no acabará en el Top 10 de favoritas de ningún fan de la banda con dos dedos de frente. Pero también hay que practicar aquello de «al Papa lo que es del Papa» y dejar claro que, por lo menos, no es tan atrozmente infecta como el nivel medio del anterior disco de Radiohead, «The King of Limbs» (XL, 2011). La temática está en la línea de la banda, que últimamente está muy política. Supongo que les parecerá realmente rompedor el rollito de alertar a la sociedad de que nos hemos convertido en una máquina de crear cabezas de turco que nos distraen de la situación real que vivimos. Ok. Vale. Aha. Se agradece, eso sí, la refrescante orquestación que, supuestamente, va a ser la principal novedad en el nuevo disco, por mucho que esto recuerde demasiado a lo que hizo el año pasado Björk con su «Vulnicura» cuando se quedó colgadísima con el rollo violín.
Sea como sea, «Burn The Witch» ya se puede comprar en iTunes, aunque siempre puedes optar por escucharla en dos de los sitios preferidos de Thom Yorke: Spotify (que fue definida por el cantante como «el último pedo desesperado de un cadáver en descomposición«) y YouTube (que Yorke comparó en su momento con la Alemania Nazi).
Sea como sea, mejor será que no perdamos de vista una cosa: vale, «Burn The Witch» es el nuevo single de Radiohead, pero seguimos sin saber qué va a pasar a continuación. Así que, si me lo permitís, voy a plantear tres posibles vías de escape divertidas con las que Radiohead podrían huir por fin de esa aburrida seriedad autoconsciente y rancia en la que llevan encallados desde… Bueno, vale, siempre han sido así. Pero ¿no sería genial que Thom Yorke y sus amiguis siguieran alguno de los siguientes caminos después de «Burn The Witch«?
1. NO SACAR DISCO… Y CHAO. ¿Te imaginas? Van y montan este chochazo y, de repente, dicen que nada, que no, que no tienen disco. Que era bromi. Que han sacado este tema para que hablen de ellos pero que no han compuesto nada en los últimos años porque, joder, tías, no sabes el tiempo que lleva borrarlo TODO de las redes sociales. Una puta odisea. De hecho, en la siguiente gira han decidido hacer caso a los fans de «Creep» y convertirse en U2, es decir, en una de esas bandas que tienen que tirar de los clásicos para despertar el interés de los fanáticos. Y chao.
2. ANUNCIAR SU PARTICIPACIÓN EN EL REBOOT DE «EMBRUJADAS». Thom Yorke está hasta la pipitilla de que Johnny Greenwood haga bandas sonoras para pelis aburridas de arte y ensayo, así que decide que ya es el momento de hacer algo realmente guay y se meten de lleno en el reboot de «Embrujadas«. «Burn The Witch» será el tema de cabecera, pero pronto llegarán otras canciones que sonarán en la nueva versión de la serie que hizo que nos olvidáramos de que Shannen Doherty fue (y siempre será) Brenda.
3. APOYAR A DONALD TRUMP. Que no, que lo de «Burn The Witch» no era una llamada política para que dejemos de buscar cabezas de turco. Ni mucho menos. Era algo totalmente literal: Yorke y compañía han decidido apoyar a Donald Trump en su carrera para convertirse en el primer muppet -cabrón- que se convierte en Presidente de EEUU, así que su próxima gira mundial va a ser una caza de brujas de verdad. En cada concierto, quemarán a la menos virgen de la audiencia. Y una cosa os digo: lo van a tener jodido cuando pasen por Barcelona.