La primera gala de «Operación Triunfo 2018» dejó muchos momentazos para el recuerdo… Pero aquí nos centramos en cinco cosas que deben ser comentadas.
Puede que la primera gala de «Operación Triunfo 2018» nos pillará a muchos por sorpresa… ¿Pero no acaba de terminar «Operación Triunfo 2017«? ¿En serio que ya hace un año de todo esto? ¿No deberían presentar mejor a los concursantes y dejar pasar un tiempo para que se aposentara el anuncio? ¿No acaban de decir que Mónica Naranjo, Guille Milkyway y Los Javis pasan de estar en la nueva edición? ¿Quién carajo son los nuevos profesores entonces? ¿Y quién dices que intentará llenar los zapatos (de tacón) de La Naranjo? Demasiadas preguntas. Pero, bueno, al ritmo que vamos todos a día de hoy, esto es lo mejor que nos podía pasar aquí y ahora.
Ya tú sabes: que la primera gala fuera una colleja en la frente y no un proceso de cocina a baja temperatura nos matara de aburrimiento. De esta forma, las novedades te mantienen alerta y no te pierdes en las comparaciones con la edición del concurso del año pasado… ¿O sí? Porque lo cierto es que la omnipresencia continua de los concursantes del año pasado acabó dividiendo a los espectadores entre dos aguas. Por un lado, ver cómo han cambiado en tan solo un año (¿Para mejor? ¿Para peor? Que cada uno saque sus propias conclusiones). Y, por el otro, empezar a visualizar ya con claridad de quiénes seguiremos hablando de aquí a un tiempo y a quiénes hemos olvidado ya -casi- por completo.
Pero obviemos el año pasado y centrémonos en este, porque la primera gala de «Operación Triunfo 2018» nos regaló todo un conjunto de buenísimos momentos que deberían convertirse en meme tuitero en tres, dos o uno. Ahí estaba Alba Reche anunciando su ruptura recientísima en televisión y confirmando que iba empastillada viva («Me han dado tres pastillas: una valeriana… y otras dos«… ¿Qué dos? ¿¡QUÉ DOS, ALBA!? ¡Queremos saber!), Dave convenciendo con su carisma pese a ser una mezcla de Coco (el de Pixar) y Slender Man, los estilismos imposibles de concursantes como la pobre Natalia, Noelia a punto de un hictus en directo por intensita, Noemí Galera pidiendo perdón por haber comentado que se veía bizca en pantalla (y por haber dicho «dieciseisavo» en vez de «decimosexto») y muchos otros que podrás ver en formato gif en Twitter en menos que canta un gallo.
Aun así, y después de haber sufrido las tres horas de la primera gala de «Operación Triunfo 2018» (en serio, con las apuestas por la modernidad que hace el programa continuamente, ¿no podrían optar por acortar estas galas que son un sinvivir?), creo que me he ganado a pulso el derecho a comentar cinco puntos de la nueva edición del programa. Porque son importantes. Y porque me apetece. Obvio.
1. ANA TORROJA. Tenemos que hablar de Ana Torroja. Porque, en serio, ¿qué hace Ana Torroja en «Operación Triunfo«? La última vez que la vimos fue en México cuando Mario Vaquerizo quiso visitarla y arrastró a Alaska para darle un toque de tomateo a la última temporada hasta la fecha de «Alaska y Mario«. Allá, la ex-Mecano parecía totalmente establecida en el país e incluso se llevó a la pareja a comer gusanos. Entonces, la pregunta básica es: ¿cuánto ha pagado el programa para convencerla de abandonar aquella estabilidad mexicana y meterse en este embolao?
Porque, además, hay que admitir otra cosa: Manuel Martos y Joe Pérez-Orive tienen sus papeles totalmente definidos, y «contra» esos papeles era como mejor brillaba el de Mónica Naranjo, la villana de cuento que de repente podía convertirse en reina de fábula capaz de convertir a una mendiga en princesa tan solo con el toque de su varita. A ese respecto, la primera gala de Ana Torroja fue una medianía sosa e indolente en la que la cantante no supo destacar por absolutamente nada: ni por ser buena, ni por ser mala, ni por ser ambas cosas en sus propios términos y a la vez, que es por lo que adorábamos a La Naranjo. Así que, Ana, cari, own it, y a ver por dónde tiras en las próximas galas.
2. LA REVOLUCIÓN SEXUAL DA PASO A LA DIVERSIDAD. «Operación Triunfo 2017» enamoró por lo que tuvo de «revolución sexual» y por la visibilidad que brindó a diferentes causas LGBTIQ (dentro de las que se incluyeron no solo la escena gay de la que Los Javis se erigieron como maestros de ceremonias, sino otras periféricas como la que encarnó el paso de Marina por el concurso). Así las cosas, y con Los Javis fuera del programa, ¿por qué derroteros debería conducirse «Operación Triunfo 2018» para seguir resultando relevante e incluso edgy (bueno, todo lo edgy que se puede ser en La 1) sin caer en la repetición?
Mi opinión personal es que nos encontramos en el año de la diversidad, en la temporada del «todos los cuerpos han de ser representados«. Ahí está, por ejemplo, Itziar Castro como nueva profesora de interpretación, desde donde seguro que lanza más de una y de dos (y de mil) proclamas a favor de la «body positivity«. Y ahí está también Famous, que se hace llamar Famous (y eso, tío, no mola) pero que es el segundo concursante negro en toda la historia de «Operación Triunfo» que, además, tiene acento sevillano… Aunque, ¿quién sabe? Tal y como ocurrió ahora hace un año, las causas reivindicativas del programa se irán revelando poco a poco. Porque, si no, quedarían demasiado forzadas, ¿no te parece?
3. EL PIJO… Y RODRIGO. Tomémonos un momento para hablar de los dos primeros eliminados de «Operación Triunfo 2018«. Porque, al fin y al cabo, y aunque fuera odioso, hay que reconocer que Luis fue lo mejor de la primera gala, con esa pinta de pijo trasnochado que parece el típico niño que fue famoso pero que se ha quedado totalmente colgado en su personaje de Parchís. Afirmó que curra en el Bribón y que, por lo tanto, conoce al Rey. Pero también afirmó que no entiende por qué la gente dice que es un pijo y que, de hecho, no se identifica con esto de ser pijo. Vamos, que ser pijo no le define para nada, y ya sabemos que «Operación Triunfo» está muy a favor de la gente que no se deja definir por su propia condición. Pero ni eso quita que el chaval lo hiciera fatal y que fuera el menos votado por el público para quedarse en la Academia.
Ahora bien, lo de Rodrigo sí que no se entiende. El niño tiene tablas, mostró un gran carisma, un estilismo bastante decente y, sobre todo, una capacidad para sostenerle la mirada a la cámara que merecía haber sido explorada durante cierto tiempo más. La valoración que el jurado hizo de su actuación fue injusta: ¿que su interpretación no tenía nada que ver con lo que la canción pedía? ¿Pero no están aquí precisamente para aprender a matizar este tipo de cosas? Es decir, ¿pasamos a uno del que dicen «no has cantado bien, pero tienes potencial y queremos ver cómo evolucionas» y, sin embargo, no pasamos a alguien que canta bien pero que flaquea en interpretación? Esto de qué va, ¿de cantar o de interpretar? Porque yo no entiendo nada.
4. «EN TIEMPOS DE TRAP, CANTAS A LO SERRAT». El hecho de que la anterior edición incluyera a Guille Milkyway como profesor de historia musical ya dejó bastante claro que el nuevo «Operación Triunfo» no iba a ser un formato que recurriera a los hits de los últimos años para enganchar a las nuevas generaciones… Bueno, vale, sí, pero no SOLO a los hits de los últimos años. Esta decisión es algo que parece ampliarse con la elección del substituto de Milkyway: un Miqui Puig que, fundamentalmente, es una de las personas que más sabe de música en nuestro país. Y eso es así.
Lo interesante es que, en esta ocasión, los concursantes parecen haber aterrizado en «Operación Triunfo 2018» con los deberes muy bien hechos. Tan bien hechos que la primera gala se transformó en un festín vintage desde el minuto uno, ya que la primera actuación nos mostró a una Marilia defendiendo el «Piel Canela» de Los Panchos. Luego llegarían María con el «Cry To Me» de Solomon Burke y Joan con «Let’s Stay Together» de Al Green. Y, en la categoría de «nuevos pero no tan nuevos», estarían Sabela con la «Bachata Rosa» de Juan Luis Guerra y el expulsado Rodrigo con «El Sitio de Mi Recreo» de Antonio Vega. Aunque, si hay que destacar un momento vintage en la gala, fue cuando Joe le dijo a Dave que cruzara la pasarela porque «en tiempos de trap, tú cantas a lo Joan Manel Serrat«.
5. DEJAD MORIR A «CAMINA» EN PAZ, POR FAVOR. Un último y breve apunte… En serio, chicos, lo de «Camina» no hacía falta. La canción ya fue lo suficientemente odiada en «Operación Triunfo 2017» como para que abráis la primera gala de «Operación Triunfo 2018» con todos los concursantes de la anterior edición cantando esta mierda grande y olorosa. Al fin y al cabo, lo único que podía pensar mientras «esto» ocurría, es en el siguiente meme de «Los Simpsons«.
Y ya está. Bueno, mira, no sé. Espero que esto haya servido para que el programa se saque «Camina» del organismo y a partir de aquí podamos seguir viviendo en paz. Tal y como nos merecemos. [Más información en la web de «Operación Triunfo»]