Puede que Charles Aznavour haya muerto… Pero esta selección de 12 de sus canciones harán que le recordemos para siempre con el mayor de los amores.
Para muchos de nosotros, Charles Aznavour se introdujo en nuestras vidas durante una infancia en la que los padres (y, sobre todo, madres) de medio mundo se volvía literalmente locos con un buen plantel de crooners que traspasaban barreras fronterizas. Artistas que, a pesar de tener un idioma madre, cantaban en el lenguaje que se les pusiera por delante siempre que eso implicara ampliar su público (y pasar por caja, claro). Fue el caso de Frank Sinatra, obviamente. Pero también de otros cantautores europeos capaces de romper la frontera del idioma, tal y como Demis Russos, Umberto Tozzi, Adamo, Franco Battiato o, por qué no, nuestro Julio Iglesias, que consiguió triunfar en todo el globo terráqueo a base de darle a la lengua.
En aquellos vinilos recopilatorios de baladones crooners que atesoraban nuestras madres, siempre había espacio para los cantantes franceses. Al fin y al cabo, el francés es la lengua del amor. Y puede que aquella generación no entendiera el significado interno de las letras… Pero se quedaban con el sentimiento. Y el sentimiento es más certero y profundo que las palabras. Será por eso que Charles Aznavour, bautizado por la prensa musical como Charles Aznavoice aunque su verdadero -e intrincado- nombre fuera Shahnourh Varinag Aznavourián Baghdassarian, siempre tuvo especial facilidad para llegar hasta el corazón de quien le escuchaba. Y quedarse allá a vivir.
El sentimiento fue su lenguaje, aunque mayormente lo articuló en francés. Y es que, pese a haber nacido en París, el hecho de que sus padres fueran armenios siempre conllevó que se le considerara tan armenio como francés. De hecho, en 2009 incluso sería nombrado embajador de Armenia en Suiza (que es donde residió casi toda su vida), habiendo de compaginar desde entonces la vida política con una carrera artística que no abandonó hasta el fin de sus días y que en los años 50 del siglo XX ya estaba despuntando. Poco a poco. Primero escribiendo hits impecables para voces ajenas como las de Edith Piaf («Jézébel«), Juliette Gréco («Je Hais Les Dimanches«) o Eddie Constantine («Et Bâiller, Et Dormir»).
Más temprano que tarde, sin embargo, el éxito llegaría hasta Charles Aznavour y la suya no tardó en ser considerada una de las voces más privilegiadas de su generación. Aunque una voz privilegiada de nada hubiera servido si no hubiera destacado también como escritor de bellísimas letras en las que fue capaz de encapsular pedacitos de vida (ese «tranche de vie» tan francés) con tan solo un par de trazos, un buen puñado de palabras bien escogidas. Eso fue lo que nuestras madres entendían sin necesidad de comprender las palabras.
Bueno, eso y que Aznavour siempre fue un mozo de planta magnánima e infinito carisma. Algo que, además, siempre brilló en el cine, un medio que no le resultó para nada ajeno y que practicó de forma sublime ya desde la mítica «Tirez Sur Le Pianiste» (1960) de Jean-Luc Godard hasta la imprescindible «Ararat» (2002), en la que tenía que aparecer sí o sí por eso de ser la aproximación del cineasta Atom Egoyan a su raigambre armenia. Entre medias, fue desde la comercialidad del «Diez Negritos» (1974) de Peter Collinson hasta el cine de autor de «El Tambor de Hojalata» (1979) de Volker Schlöndorff.
Y así seguiría Charles Aznavour, trabajando toda su vida. Hasta última instancia. Su última actuación fue el 19 de septiembre de este año 2018 en Osaka. Y, ni dos semanas después, el 1 de octubre, fue hallado muerto en la bañera de su casa de Mouriès (Francia) a causa de una parada cardiorrespiratoria complicada por un edema pulmonar. Dejó al mundo, eso sí, un buen puñado de canciones que perdurarán en el tiempo y pasarán de generación a generación… Porque la música bien escrita vive para siempre en el Olimpo de las Artes. Pero la música con corazón y emociones vive eternamente en el corazón de los que saben escuchar.
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«Sa Jeunesse»
https://youtu.be/QL2722QnFEU
«Non Je N’ai Rien Oublié»
«La Bohéme»
«Désormais»
«Bon Anniversaire»