¿Rascándote el bolsillo para Sant Jordi? ¡No hace falta! Como cada año, la alternativa perfecta al consumismo desaforado es 1010 Ways To Buy Without Money.
Sant Jordi se acerca… Empiezan a soltarse las listas de los escritores -aquí unas comillas serían más que necesarias en algunos casos, sin embargo- que se sentarán durante horas y horas bajo el sol a firmar y vender copias de sus libros, charlas en los que participarán casi en totalidad los mismos de siempre, las webs empiezan a plagarse de listas de recomendaciones, misteriosos emails de «¡hazte voluntario para vender rosas!» llegan nosabescómo a tu buzón, librerías claman a los cuatro vientos con el pecho lleno de orgullo que «este Sant Jordi, ¡5% de descuento!«, etc., etc. Sin embargo, una lucecita de esperanza se abre camino a través de este panorama: este Sant Jordi podrás llevarte a casa un libro sin pagar un céntimo por él. ¿Cómo? Cumpliendo las buenas o por lo menos inofensivas acciones que proponen en 1010 Ways To Buy Without Money.
Como en años anteriores, en el puesto de la Plaça Reial de Barcelona se venderán libros cuyo precio serán acciones como «Pon flores en tu balcón«, «Haz la conga» o «Hazte donante de órganos«. Sin embargo, en 1010 To Buy Without Money han incluido una gran novedad en su sistema de intercambio para este 23 de abril: este año, en un segundo puesto en la Plaça de Sants se venderán libros y rosas con el precio único de donar sangre. En efecto, una unidad móvil del Banc de Sang i Teixits estará colocada al ladito del puesto para que, una vez escogido el libro que quieras llevarte, un sólo pinchazo en la vena baste para repartir felicidad bajo forma de hemoglobina y papel.
1010 To Buy Without Money es una iniciativa que demuestra que las cosas son valiosas, pero que ese valor no tiene por qué ser monetario. El punto no es vender cosas gratis o regalarlas, puesto que todo -y todavía más una obra de arte como un libro- requiere esfuerzo y tiempo (que son, al fin y al cabo, los que le otorgan su valor), sino probar que el dinero no es la única forma de cambio posible. Y si, además, hay una buena o divertida acción de por medio, mejor que mejor.